El otro día tuve el enorme placer de reencontrarme con una gran amiga y compañera doula, con la que realicé la formación hace ya una temporada larga. Mientras nos poníamos al día fueron surgiendo temas relacionados con este mundillo, como no podía ser de otra forma. Admiro muchas cualidades de esta mujer pero, si tuviera que elegir una, sería, sin duda, su franqueza y su capacidad de llamar a las cosas por su nombre.
Uno de los temas que surgió y que es el que me ha traído hoy hasta aquí es el Respeto, así, con mayúsculas, arriesgándome a que mi otra gran amiga, la pelirroja pedante (xD), me eche una bronca por poner mayúsculas cuando me da la gana.
Me comentaba esta compañera doula que había decidido dejar de seguir en facebook a algunas personas que se llenan la boca con el respeto pero que después en su muro hacen una bola con él y lo tiran por el retrete. Y encima tiran de la cadena después. Según mi amiga, si respetas a todas, es a todas, hagan lo que hagan y lo hagan como lo hagan, Teta, biberón, porteo, carrito, parto por cesárea o natural...Y en eso estamos completamente de acuerdo. Creo firmemente en que una mujer embarazada tomará las decisiones que considere mejores para su bebe y para ella misma siempre, contando con la información que tenga y el bagaje personal con el que llegue. Y ahí está la clave para mi, la información y el bagaje.
Una mujer que vaya a ser madre debería poder acceder a toda la información sin necesidad de buscarla, en un mundo ideal, pero hoy por hoy no es tan sencillo. La mayor parte nos sentimos marionetas en manos de extraños que saben más y mejor lo que necesitamos nosotras y nuestros bebes y aún son muchas las futuras madres que no van más allá. Creo que una de las labores de las doulas es proporcionar a la mujer el espacio y los canales de información más amplios y variados posibles para que con todo ello, la futura madre se sienta capaz de tomar sus propias decisiones. Se sienta emponderada.
En cambio el bagaje o la mochila con la que llegamos a la maternidad es algo más complejo. En este caso la información no basta, el camino y proceso que nos lleve a ese mismo emponderamiento suele ser más largo que un embarazo. Y creo que es ese mismo bagaje el que hace que las personas, sean doulas o ingenieras, caigan en esas contradicciones; clamen respeto pero renieguen de él a la primera de cambio. Todas tenemos nuestras heridas, batallas, camino, alegrías y dolores, que nos hacen tal como somos, y nos hacen saltar ante determinados temas y situaciones, casi siempre de forma poco afortunada.
Si esto me sucediera, quisiera tener cerca a personas como estas amigas, para que desde el respeto me den una buena llamada de atención, que me ponga de nuevo en la senda y me haga ver las cosas desde la perspectiva y los zapatos de las otras. Porque sólo desde la empatía y el respeto es posible recorrer este camino.
Y vosotras, ¿respetáis a todo y a todas? Yo al final de la jornada tuve claro algo, respeto si, pero mi línea roja está en las personas que defienden cualquier tipo de maltrato o violencia. Por ahí no paso, se me acaba el respeto de golpe.