viernes, 24 de mayo de 2013

Semana Mundial del Parto Respetado 2013

Esta semana se celebra a nivel mundial el derecho de toda mujer a ser respetada en unos de los momentos más importantes de su vida, el nacimiento de sus hijos, sus partos. En España es la asociación "El parto es nuestro" la que ha promovido la mayor inicativa: la visualización del documental "La voz de las mujeres". Se trata de un documental realizado con la participación de nuestra  asociación, filmado en el verano de 2011. Un vídeo hecho por mujeres, con la historia de parto de otras mujeres que decidieron “desnudar sus historias para ser grabadas”.

Pero a parte de esta opción estoy encontrando por la red muchos eventos y muchas ocasiones para la reflexión, lanzados por todo tipo de asociaciones y colectivos, aquí y allá

Una de las que más me ha emocionado leer, es el grito de las madres que no han podido tener a sus bebés, ya que estos murieron durante el embarazo o al poco de nacer. Seguramente son los grandes olvidados, y por eso me parecen muy necesarias estas voces que se elevan. Una de ellas podéis leerla aquíQueremos parir a nuestros hijos

Si buscáis un poco por internet seguro que encontráis cientos de opiniones y de información al respecto.

Yo particularmente, no soy muy amiga de "los días de", pero si comparto la urgencia de que la sociedad entera haga la reflexión de qué queremos para nuestros bebés, como queremos que den a luz nuestras hijas y cómo queremos que sea el mundo, porque una de los actos revolucionarios más potentes será el de traer al mundo a nuestros hijos con todo nuestro poder y usando nuestro propio cóctel hormonal, esto nos dará una fuerza y una sensación de amor tan brutal que no permitiremos tantas y tantas cosas que la sociedad nos está imponiendo hoy día

Respetemos uno de los momentos más importantes de la vida de cada mujer y de cada ser que nace en este mundo, es su momento, la mujer puede dar a luz sola, no necesita que se la trate con paternalismo, sino que se confíe en ella y se le transmita esa confianza. No hace falta decir que por supuesto que si una mujer lo necesita, el equipo médico estará ahí, que para eso son los avances, para usarlos cuando son necesarios, no para crear problemas innecesarios

Así pues: SILENCIO Y RESPETO, MUJER PARIENDO, BEBÉ NACIENDO


lunes, 1 de abril de 2013

De “simples mamás”, titulitis y espíritu crítico, de "De Monitos y Risas"

Últimamente se está creando un debate en torno a esta cuestión, y están apareciendo en la red artículos muy interesantes en los que basar nuestra reflexión, os comparto hoy uno del blog "De Monitos y Risas", el cual os recomiendo visitar, ¿qué os parece?...

En estos tiempos cada vez me encuentro más en las redes maternales airados debates sobre el intrusismo profesional(generalmente relacionado con doulas que atienden partos) y, en base a este debate, o de manera paralela, no lo sé muy bien, surge otro debate: la necesidad (o no) de tener títulospara ejercer según qué profesiones.

Es cierto que para ejercer ciertas profesiones es imprescindible, y así debe ser, la titulación correspondiente, por ejemplo, las relacionadas con la salud (médicos, enfermeras, comadronas…) o con la seguridad (ingenieros, arquitectos, bomberos…). Sin embargo, hay otras profesiones en las que se te considera como tal bien por cursar los estudios correspondientes, bien por ejercer de tal, por ejemplo, periodista.
Porque la experiencia profesional también “cuenta”. No hace tanto, antes de la llegada de la Formación Profesional, muchas profesiones se aprendían a base de empezar como aprendiz de niño e ir aprendiendo de un (o varios) maestro. Un tío abuelo mío, carpintero, aprendió así.
La figura de la matrona, sin ir más lejos, siendo uno de los oficios especializados que surgen en primer lugar siempre que tenemos una sociedad (por rudimentaria que sea), aquí en España no tiene aún una formación propia, sino que es una especialidad de enfermería. Y eso es relativamente “nuevo”, no hace tanto que los partos los atendían personas que tenían mucha experiencia y ningún título, solo la cantidad de partos que “llevaban a sus espaldas”.
Por supuesto, que hay que perseguir a toda aquella persona que, por omisión de información o por mentir directamente, haga creer a otra persona que está capacitada para hacer algo que no lo está. Por ejemplo, una doula que haga creer a una madre que tiene capacitación para atender un parto en cualquier circunstancia.
Pero tampoco hay que olvidar que las profesiones avanzan, y en estos últimos tiempos, a velocidades “supersónicas”. Y las formaciones tardan mucho más en ser armadas, desarrolladas, reglamentadas, reconocidas… y puede que, para cuando esté, esa profesión ya haya evolucionado y esté en otro momento. Entonces, ¿no puede existir una profesión hasta que no exista la formación correspondiente? ¿Qué hacemos entonces con un mercado laboral que demanda cada vez  más perfiles exclusivos y polivalentes o especializados, que combinan in-formación de diferentes áreas?
Por ejemplo, la profesión de doula, en cada país está establecida de una manera, reconocida en algunos, con formaciones regladas en muy pocos. Pero el hecho es que la figura existe, y cada vez más, porque se la necesita. Porque hay un sector de la población que la demanda. ¿No sería más lógico que entre todos se establecieran las bases de esta “nueva” profesión en lugar de invertir tiempo en “pelear contra” ella?
Lo mismo podría decir del resto de las nuevas profesiones relacionadas con la maternidad. Por ejemplo, una asesora de porteo. Si no hay una formación reglada, ¿no puedo dedicarme a enseñar cómo se usa un portabebé? ¿tengo que invertir mi tiempo y esfuerzo en que exista esa formación? Si las que estamos ahora mismo asesorando familias nos dedicamos a pelear porque “alguien” cree esa formación, ¿Cómo va a haber el número crítico de familias demandando ese servicio como para que “merezca la pena” crearla si nadie tiene tiempo de difundir la necesidad de ese servicio?
Al final, lo que hace a un profesional no es el título, sino cómo se toma su profesión. Un título, al final, sólo garantiza que esa persona ha pasado una serie de exámenes teóricos y prácticos en los que ha demostrado que (al menos durante ese tiempo) conoce una serie de datos y técnicas. Pero no se evalúa la pasión, la capacidad de compromiso, la intención de autoformación y actualización, la humildad…
Cuando una profesión se obtiene mediante una carrera, o módulo de FP, empezamos a encontrarnos una serie de personas que cursan esa formación porque creen que es lo que les gusta, porque se lo han dicho, o porque es “fácil”, y nos encontramos con gente que no vive la profesión, que no la disfruta y por tanto, se la hace “sufrir” a los demás. Volviendo al caso base de todo este debate, ¿Conocéis alguna doula sin vocación, sin pasión? ¿Conocéis alguna matrona sin vocación, sin pasión?
Así que sí, puede que las doulas (y las asesoras de porteo y demás) sean (seamos) “simples mamás”. Pero ojo, tenemos en muchos casos más formación y experiencia en nuestra área y (a veces) más sensatez que muchos profesionales de carrera, incluso de carreras largas. Y un buen profesional no debería sentirse “amenazado” por una “simple mamá” que se está dedicando a un área de actuación que, aunque relacionado, es distinta.
Profesionales sanitarios
Imagen extraída de la web www.stopintrusismosanitario.com
Con vuestro permiso, os voy a copiar algunos fragmentos de frases que he leído en Facebook a propósito de este debate, y que creo que expresan mejor que yo a qué me refiero:
“(…) no todos entendemos lo mismo por “formación”. Ni toda la formación es igual de válida, ni cala igual entre quien la recibe. Así que yo me quedo con la experiencia vital de cada persona, que incluirá formación y/o desinformación… , bagaje, vivencias, aptitudes y actitudes… Lo otro es muchísimo más limitante y tiende a confundir lo esencial.
(…) si se fijan patrones erróneos, luego cuesta más de eliminarlos. O quizás se hayan coartado capacidades por intentar encajar en ese sistema ( parafraseo a Ken Robinson).
(…) los estados se atribuyen derecho a regular ciertas profesiones y a pedir requisitos para ejercerlas ( algunos con acierto y otros con muy poco, ya sabemos). Yo creo que es tu trabajo el que te define y con eso me quedo.” (Nohemí Hervada)
Desde la Revolución Industrial el sistema patriarcal ha ido implantando un proceso de usurpación de las capacidades innatas femeninas, basándose en un modelo cada vez más obsesionado por la profesionalización y la titulitis que ha llegado al extremo de que si esgrime el papel adecuado, incluso un señor sin tetas le puede decir a una madre si es apta o no para amamantar a su hijo. 
Reasume tu poder ancestral como mujer y como madre y recuerda que un papel en ocasiones solo es eso un papel, y sacárselo es mucho más fácil de lo que la gente se piensa. 
Nosotras somos válidas para criar, para educar, para alimentar y nutrir, para enseñar a otros nuestros conocimientos, para cooperar, crear, ayudar, avanzar. Nosotras podemos tomar el control de nuestra vida y no necesitamos que ningún empapelado/a venga a decirnos como vivir nuestra vida. 
Que ningún empapelado venga a anular tu poder. ¿O hay alguien aquí que con un tipo sea médico ya le basta? Porque a mí no me vale cualquier médico, solo porque tenga el título…(…). La experiencia, la personalidad, la forma de pensar y de actuar de una persona son definitivas en la mayor parte de ámbitos de la vida. En tu casa y en tu familia, no hay mejor experta que tú, recuérdalo. Y esa experiencia la puedes compartir con otros.
(…) por supuesto que formarse es maravilloso, no es sobre eso sobre lo que hablábamos. Un título está muy bien, pero no es garante de nada, y no siempre es necesario para todo. (…) Formarse es estupendo, pero que cada uno escoja libremente donde y con quien quiere hacerlo.” (Azucena Caballero)
Los valientes, los que se animan a desafiar el orden establecido, los prejuicios y las leyes anacrónicas y arcaicas, siempre estarán molestando a alguien. Acuérdate de Galileo Galilei…” (Mauricio Kruchik)
ValorPorque, además, otro aspecto de este debate de las “nuevas profesiones de la maternidad” es si debemos o no cobrar por nuestros servicios. Es decir, hay una tendencia a creer que una asesora de porteo, o de lactancia, o una doula, deberían hacer su trabajo gratis. :shock: Pero sobre eso habla Nohemí en el artículo que os he linkado más arriba, “Una simple mamá” y en este otro (Una propone… no dispone) y tampoco quiero hoy detenerme en eso ya que quiero dedicar la última parte del post a otro aspecto de este debate.
Y es que, una vez aclarado que hay que perseguir a quien engañe acerca de su preparación, y leyes aparte, qué pasa si yo, mujer adulta, formada y en pleno uso de mis facultades, asumo parir en mi casa con la compañía de una doula porque me fío de sus conocimientos y experiencia? Aun sabiendo que si surge alguna complicación probablemente no tenga capacitación para resolverla (y puede que ni siquiera para identificarla) ¿por qué no puedo yo asumir esa responsabilidad?
No olvidemos que el parto es un proceso fisiológico, del que muchos profesionales no parecen saber mucho, por otro lado. Si me da más confianza parir en esas condiciones y con esa persona, y con toda la información en la mano y estando todo claro por ambas partes, ¿dónde está el problema?
¿No habría que plantearse qué pasa en España para que una mujer decida asumir ese riesgo en lugar de perseguir a esa doula por intrusista?¿O a esa mujer por irresponsable? porque habrá personas, ella misma por ejemplo, a las que le resulte mucho más irresponsable “entregarse” a un protocolo hospitalario desfasado y que no tiene en cuenta la evidencia científica.
Y esto me hace pensar que la clave está en tomar la responsabilidad. El título, ese afán por averiguar qué ha estudiado esa persona en concreto, tiene mucho que ver con el hecho de delegar la responsabilidad en otro, en este caso, el estado o entidad que emite ese título.
EL título me ahorra el tener que pensar si lo que dice o hace ese profesional en cuestión tiene sentido, ya que como ha aprobado una serie de exámenes es de esperar que así sea. Delego mi responsabilidad. ¿En quién? pues en el que diseña los contenidos, las pruebas de control y emite el título (Universidad, Estado) y en el propio profesional que “si estudió eso, será porque era su vocación”.
Pero todos sabemos que los contenidos no siempre están bien diseñados (¿Cuánto aprenden los médicos sobre lactancia materna?¿y los pediatras?), las pruebas no son fiables (se copia o se evalúan aspectos que no son siempre los que a ti más te interesan), y por supuesto, todos conocemos más de uno y más de dos que estudiaron lo que estudiaron por mil motivos que nada tienen que ver con la vocación o el interés propio.
Entonces, si no nos fiamos de los títulos, ¿qué nos queda? Ojo, que yo no digo que no nos fiemos de los títulos, si yo voy a un médico quiero que esté titulado, digo que no nos fiemos SOLO de los títulos. Porque no son garantía de nada. Entonces, ¿qué nos queda? El ESPÍRITU CRÍTICO.
Así pues, hay que reconocer, en primer lugar, lo perverso de un sistema educativo que elimina de raíz el espíritu crítico, para luego mal-formarnos como profesionales, permitiendo que gente sin vocación ni interés , sin actitud ni aptitud, consiga una titulación que le habilita para ejercer una profesión para la que claramente no tiene capacidad.
Porque un profesional que sí tiene vocación, que los hay y muchos, no se conforma con terminar la carrera y conseguir el título, sino que está siempre aprendiendo, de sus clientes-pacientes, con cursos, leyendo… actualizándose, mejorando. En manos de ese profesional, te puedes poner tranquilamente. Y un buen profesional, aunque no tenga formación reglada, también hace ese proceso de formación continua y vivencial.
Entonces, volviendo a lo que decía, lo importante es que tengamos espíritu crítico. Con los profesionales de la salud que nos atiendan y con cualquier profesional que necesitemos en nuestra vida. Plantearnos si lo que nos dice tiene sentido para nosotros, si se adecua a la evidencia científica, si nos lo dice desde el respeto y con educación.
Puede ser un trabajo difícil, pero a mi entender es imprescindible. Lo bueno es que una vez que has hecho esta selección, puedes confiar en ese profesional para el resto de tu vida sin necesidad de estar re-evaluando su desempeño. Porque como decía un poco más arriba, un buen profesional está aprendiendo y mejorando constantemente.
Así pues, eduquemos el sentido crítico de nuestros hijos. Que no se crean lo que les dice la autoridad sin pasarlo por el propio filtro, por muy pequeños que sean. Enseñémosles a no obedecer ciegamente, sino a plantearse lo que le estamos diciendo sus padres, los profesores, el médico de cabecera…
Fomentemos que piensen acerca de lo que lean, de lo que vean en la televisión o en un videojuego. Que recapaciten acerca de las ideas o consejos de sus amigos. En definitiva, que piensen y juzguen TODO en su vida. Cuidemos y desarrollemos su espíritu crítico.
Enseñémosles a diferenciar una opinión de un dato contrastado, y a poner en valor la propia opinión. Valoremos su experiencia, sus conocimientos, sus intuiciones desde bien pequeños, para que aprendan a confiar en ellos mismos, de manera que no entreguen su responsabilidad sobre si mismos a “cualquiera”.
Espíritu crítico
Pincha en la imagen para ir al artículo original de “Knowledge of today”.
Y ya para terminar (que este quería ser un post corto) por si alguien se lo pregunta, mi formación de porteo no es “legalmente reconocida”, me formé con la escuela Llévame Cerca. Mi formación en reflexología tampoco, me he formado con Ángeles Hinojosa y Mauricio Kruchik. Mi formación de masaje infantil sí, la formación de AEMI está reconocida por el gobierno catalán.
Y me “atrevo” a formar parte como formadoras de dos proyectos, en la formación de Doulas LuzNataly en Asesoras Continuum. Y además, asesoro y enseño a padres, y a todo aquel interesado en saber más de cómo atender las necesidades de contacto de los pequeños (y el por qué de esas necesidades).
Y para esta labor formativa profesional me baso no ya en mis formaciones, en las que aprendí mucho, sino en mi experiencia diaria, profesional y personal. Porque yo vivo en modo profesional, ya que mi profesión está relacionada con mi maternidad. Todo lo paso por ese filtro: lo que leo, lo que veo, lo que me cuentan. Ya sean noticias y ficción. Aprendo en primer lugar, para mis hijos. No hay mayor motivación.
Me intereso en estar al día de las últimas novedades en mi campo de actuación. Me informo y comparto ideas e inquietudes con otros profesionales del sector y con la fuente más importante de aprendizaje: las otras familias. Y no tengo problemas en reconocer hasta donde llega mi conocimiento y mi capacidad. Trabajo con ciencia, en conciencia y a conciencia.
Me esfuerzo por no defraudar a las personas que confían en mi de diferentes maneras. Y ese es mi mayor orgullo y aval.

lunes, 25 de marzo de 2013

Libro: M Sanidad - Maternidad y Salud. Ciencia, conciencia y experiencia

Hoy os quiero compartir aquí un gran documento, un libro imperdible, que no está recibiendo todo el apoyo que debiera (a mi entender), es gratuito y se debe difundir, a parte de leerlo, claro

"Este documento en su conjunto representa, como su título indica, la suma de aspectos -no demasiado conocidos y/o reconocidos- basados en la evidencia científica, en el mejor conocimiento disponible, en las buenas prácticas existentes, –ciencia-. También muestra la evolución y complejidad sociológica de la maternidad como proceso social en los últimos años; la sensibilidad y concienciación sobre el proceso vital más importante en la vida de las mujeres y hombres –conciencia-, que representa el acto sanitario de mayor prevalencia en los hospitales del Sistema Nacional de Salud. Y cuenta además con los testimonios de mujeres madres que escriben sus propias experiencias (también padres), aportando realidad vivida. "

http://elpartoesnuestro.es/recursos/m-sanidad-maternidad-y-salud-ciencia-conciencia-y-experiencia

Senado francés debate ley sobre el parto natural



Por Blanca Peña-Méndez, extraído de Rfi

El Senado francés debate un nuevo proyecto de ley que pretende regularizar el funcionamiento de las llamadas 'Maisons de Naissance' o centros especializados en partos naturales. El proyecto persigue integrar dichos centros en los hospitales públicos al alcance de todas aquellas mujeres que quieran tener un parto natural. Una alternativa que ya existe en otros países europeos.

Entrevistadas: Paloma Chaumette, partera y autora del libro Padres y partera: el acompañamiento global, y Mariela Cádiz, artista y fundadora de Madres Latinas en Francia.


FRANCIA MAISONS DE NAISSANCE
(04:37)


lunes, 11 de marzo de 2013

Doulas, mujeres que ayudan emocionalmente a las que han dado a luz - Periodico: ABC.es


No hay momento más vulnerable en la vida de la mujer que el inmediatamente posterior al parto. La doulas serán su soporte

Doulas, mujeres que ayudan emocionalmente a las que han dado a luz
El mundo del marketing y de las películas se ha encargado de trasmitir que la llegada de un bebé es una estampa de buenos olores, sensaciones, alegría y felicidad y fuegos artificiales. Pero la realidad suele ser muy diferente. Curiosamente, la mayoría de la gente se centra en el bebé, algo lógico teniendo en cuenta que es el nuevo protagonista de la familia. Pero existe alguien tan importante como el recién nacido y ése alguien es la mamá. Puede que no haya momento más vulnerable en la vida de la mujer que los inmediatamente posteriores al parto. Hay tanta mezcla de emociones, las hormonas haciendo de las suyas con los sentimientos, la felicidad por haber sido madre (da igual si es la primera o la sexta), el cansancio después del parto, el dolor físico…todo es una montaña rusa de emociones y sentimientos encontrados y no todo el mundo sabe gestionar bien o de manera acertada sus emociones.

Llegada a casa

Lo peor llega cuando se aterriza en casa y ya no hay expertosalrededor como en el hospital que aconsejan, ayudan…(a veces es incluso mejor pero ese es otro cantar). Si el padre se tiene que ausentar para reanudar su trabajo es el momento de que la madre se enfrente al peligro por primera vez. La gente tiene a pensar que lo que la madre más necesita es ayuda física (que también), en la casa, con el niño, pero lo que de verdad suele necesitar una madre recién parida esalguien que la escuche con cariño, amor, comprensión y entrega porque muchas descubren que lloran sin motivo, que no entienden esa tristeza que, de repente, las supera y que, además, se sienten culpables por hacerlo. Una persona amiga, amable y atenta que les dé un abrazo cálido y que le recuerde que lo que ha hecho es un acto maravillosamente natural, que le explique que se siente triste porque sus hormonas le juegan esas malas pasadas y que no debe sentirse culpable porque ha hecho algo grande. Muy grande, ser madre. A veces es mucho más efectivo para la recuperación de una madre unas palabras llenas de cariño y entendimiento, unos abrazos, protección y mucho apoyo emocional que una señora que viene y te deja la casa limpia como una patena.
Amor, comprensión, cuidados, mimos, que la escuchen, que le den su hombro…esas son las cosas que requiere una madre recién parida. Y lo que no necesita son consejos porque lo que está haciendo lo está haciendo mal, visitas inoportunas para criticar todo lo que hace o llamadas constantes para contar cosas intrascendentes.
Antiguamente las mujeres se trasmitían unas a otras los conocimientos sobre todo lo referente al recién nacido. Y todo sin apoyarse en grandes teorías, simplemente se explicaba cómo aunque muchas veces no sabía por qué. Las mujeres formaban una tribu en aquellas comunidades a las que pertenecían. Tras la revolución industrial, el nacimiento de las grandes ciudades y, muy especialmente, la llegada de la incorporación en masa al trabajo de la mujer, han ido eliminando aquello que era tan nuestro y que tanto nos pertenecía.

Vuelta a los orígenes

Desde hace unos años se ha invertido la tendencia y ésta consiste en volver a los orígenes, a hacer las cosas con pausa, con tiempo, justo lo que se requiere tras un parto, tanto para el bebé como para la mamá. Ha calado muy profundamente que una está como nueva después de parir y puede que aparentemente lo esté, pero el cuerpo por dentro requiere su tiempo (un año) para poder recolocarse y el alma de la mamá, por mucho que parezca fuerte, también necesita de un tiempo, de un trabajo de apoyo.
A muchas mujeres (a prácticamente la mayoría) les invade una sensación de dependencia absoluta con su cría. Y esto a algunas las desconcierta porque no entienden muchas veces ese nuevo «yo».Sienten que son otra persona. Unas encuentran en esta sensación una profunda realización personal, otras no entienden qué les está pasando y se sienten desconcertadas, perdidas. Es por eso que es tan importante leer libros, informarse de qué supone ser mamá. Pero no sólo los que te dan consejos de cómo lavar el culito del bebé, o qué marca de pañales usar, sino los que van directos a expresar las emociones, el increíble cambio que en el cerebro se produce. La naturaleza hace las cosas bien. Somos mamíferas y lo normal es que cuando nazca tu bebé sólo desees estar a su lado. Muchas mujeres no entienden que su entorno no las entienda. A veces se escucha decir:«tienes que disfrutar también de ti, déjanos al bebé y sal a despejarte».
Generalmente se hace esto desde el cariño y las ganas de ayudar pero no siempre todas las madres desean separarse de su bebé y esto a veces no saben cómo expresarlo, tienen miedo a parecer desagradecidas. Elmundo impenetrable que se crea entre una madre y su bebé recién nacido, un mundo en el que apenas cabe nadie, no todo el mundo es capaz de comprenderlo y esto puede generar muchas tensiones. Muchas veces dentro del seno de la familia.

Descifrar emociones

Existe una figura profesional que retoma los orígenes de todas estas cosas, una mujer que apoya a las mujeres a pasar por esto y que no es excesivamente caro contar con ellas. Son las llamadas doulas.Hemos querido hablar con Montse Cob. Actualmente prepara un programa que se emitirá próximamente en divinity, Bebé a bordo, en el que visitará casas de mujeres que acaban de dar a luz y a las que ayudará en temas tan peliagudos como dar el pecho (muchas desisten porque creen que no pueden y casi siempre es por falta de información y apoyo), descubrir las emociones, ayudar a descifrarlas. Explicarles en qué consisten esas emociones por las que pasan, cómo gestionarlas…Esto es lo que le hemos preguntado.

¿Qué es una doula?

En la actualidad esta palabra se refiere a una mujer experimentada en partos, sin formación académica específica, que proporciona información continuada y acompañamiento físico y emocional a la madre, antes, durante y justo después del parto. La palabra Doula proviene del griego y denominaba a la esclava o sirviente principal en una familia de la Grecia antigua; esta mujer era la que probablemente ayudaba a la señora de la casa durante los partos
—Desde su punto de vista, ¿en qué están peor informadas las mujeres acerca de la maternidad?
—Probablemente de la «revolución» que implica un bebé en casa; El postparto. Hay muchos libros que detallan punto por punto «qué esperar» durante el embarazo y el parto. Pero, muy pocos, que plasmen la realidad del postparto: Un bebé absolutamente dependiente, la lactancia «no tan evidente», el cuerpo tan turgente en el embarazo ahora muy poco reconocible por nosotras mismas, bombardeo de opiniones externas…Es un periodo de transición con muy poco apoyo emocional y muchas críticas. Mujeres que sienten una soledad tremenda y poca empatía y no pueden llegar a conectar con su instinto. Sí, nos falta una red de mujeres experimentadas que nos den apoyo en el posparto. Aquí aparece la figura de la doula.
—¿Cree que es necesario que las mujeres miremos hacia dentro de nosotras mismas y volvamos a la esencia de la maternidad, a aquella que nos permitía criar sin las presiones externas del trabajo?
—Sin duda. Pero, necesitamos unos ingredientes específicos para que esto pueda ocurrir: Una conciencia social sobre las necesidades básicas de los bebes y sus madres. Cada vez hay un abanico mayor de guarderías en lugar de una mayor baja maternal. La Asociación Española de Pediatría recomienda seis meses de lactancia materna exclusiva por sus incomparables beneficios en la salud del bebé.
—Sin embargo, las bajas maternales se reducen a cuatro meses tras el parto (16 semanas). Algo no cuadra. ¿Cómo una mujer puede mantener la lactancia de forma exclusiva y compatibilizar una vida profesional plena?
—Las madres que desean continuar con la lactancia, que cada vez son más, tienen que hacer auténticos malabarismos para poder hacerlo. En ciertos países europeos la situación favorece este vínculo madre-bebé y el que las mujeres, que opten por ello, puedan permitir que la maternidad no suponga un conflicto con la su desarrollo laboral. En Finlandia disfrutan de 44 de baja maternal, en Dinamarca de 50 y en Suecia…de 96 semanas…
Con esta situación real en España, sería un gran avance el alcanzar los seis meses de baja maternal porque este sería el periodo crucial en el que las madres e hijos deberían permanecer más juntos y en contacto favoreciendo, apoyando y permitiendo que nuestra esencia maternal florezca.
GEMA LENDOIRO
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20130302/abci-doulas-ayuda-madres-201303011044.html

viernes, 18 de enero de 2013

Doulas, expertas en maternidad

"En España, las doulas, una asistente no titulada que proporciona información, apoyo físico y emocional a las mujeres durante el embarazo, el parto y el posparto, empezaron a conocerse hace una década, pero cada vez son más las mujeres que solicitan sus servicios. Por ahora su presencia en los hospitales está muy restringida, a pesar de que numerosos estudios avalan su eficacia."